miércoles, 12 de septiembre de 2007

La soledad del blogero novato


He descubierto que una de las maneras más eficaces de saber si tienes amigos es iniciar un blog. Cuando compruebas que nadie añade comentarios a tus entradas, te das cuenta de lo falso que es eso del ciberespacio. Quizá es más parecido al otro espacio (ya sabéis, al estelar) de lo que pensaba: la mayor parte es materia oscura y un vacío inexplicable. Claro, también hay quásares, enanas marrones, supernovas y galaxias tan remotas que todavía no sabemos que existen, o que quizá ya no están ahí aunque las veamos; lo cuál me lleva, inexorablemente, a preguntarme acerca de cuestiones como el concepto de infinito, del que muy pronto os hablaré a través del sorprendente Kurt Gödel, matemático coetáneo y amigo de Einstein.
También espero que alguien me aclare cuál es exactamente la diferencia entre corteza y cáscara, cosa que el DRAE no ha sido capaz de conseguir.
Supongo que les pasa a todos los que mantienen un blog, pero no puedo dejar de preguntarme si realmente todo esto (o parte) le interesará a alguien. Porque lo de "querido diario" lo entiendo como registro auxiliar de la memoria, o como válvula descompresora de las paranoias íntimas, pero esto de las bitácoras... Si ni siquiera sé hacia dónde voy.
Aún así, me permito incluir una nueva foto, también de hace muchos veranos, y que posee la virtud de mostrar gráficamente cómo me siento a menudo... Lo cuál no es ni bueno ni malo.
Volveré...(qué remedio).
Por cierto, creo que si pincháis en la foto se ve más grande.

3 comentarios:

Momo dijo...

Querido ornitorrinco, yo tengo la misma sensación que tú con mis blogs... pero me lo paso tan bien haciéndolos y descubro tantas cosas en el "ciberespacio interestelar..."
Creo que escribir un blog es también una forma de conocerse más, de mimarse un poco, o mucho, con algo cuyo contenido es la esencia de uno mismo; lo que te gusta, lo que te emociona...
Seguro que pronto compartirás con más gente tus emociones.
¡Me encanta esa foto!
Podría ser mi autorretrato, yo también me siento así, en soledad, y la mayoría de las veces me parece un verdadero lujo.
Hasta el infinito y más allá.

Unknown dijo...

estimado orni, te iba escribir y justo antes mire el comentario de monilisa, mira aunque no te escriba nadie mas, no importa, lo que escribe monilisa es de una sabiduria amorosa que vale mas que el cielo...
a mi siempre ma ha costado concentrarme en leer desde el ordenador, asi es, hay algo que me inquieta y no puede estar tranquilo como cuando se lee una pagina escrita, es el principal impedimento paro leer y responder a los blogs, supongo que eso pasa a mucha gente. de todas maneras se de algunos otros bloggeros que les pasa lo mismo. por lo demas sobra decir que estoy de acuerdo con monilisa, la foto de ayer me encanta y la de hoy- me encuentro muy guapo. la musica guay. sigue adelante en tu viaje que a veces nos encontraremos

Anónimo dijo...

J.J.
EL MONTONCITO DE CENIZA
Bueno, bueno.La soledad del hiperespacio, el zen del tal y cual, la sopa sin fideos,el burro guapo, la encina grande,el mono desnudo, el todo vale, la busqueda de uno mismo que nunca se fué a ninguna parte...Antes me tomo un café para que pase todo eso.
Para un burro debe ser bueno estar solo debajo de una encina.
Aunque siempre puede caer un rayo cuando está en "comunión" con la soledad y transformarse en ceniza.Aunque,bueno,eso pasará de todas las maneras. Se ponga el burro como se ponga.
Pero para un hombre no sé que tiene de bueno parecer un burro debajo de una encina.
Lo único que iguala al burro-debajo-de-la-encina con el hombre que se aburre y le da al coco sin fin, o aunque no se aburra, es el montoncito de ceniza.