jueves, 19 de junio de 2008

Mickey y los megaforcios


Hay una sección en el diario "El País" que me parece muy interesante, a pesar de que a algunos pueda producirles una cierta inquietud. Se trata de las necrológicas dedicadas a personajes de cierta relevancia. Cuando el fallecido en cuestión es persona pública o muy popular no me detengo a leer, pero de vez en cuando el encabezado dice cosas como: "Perenganito, descubridor de los megaforcios". Intrigado por el personaje y su misterioso hallazgo comienzo la lectura, y descubro que los megaforcios son unas moléculas cuyo descubrimiento permitió la curación de terribles enfermedades; o unos entes cósmicos que explican la hasta ese momento desconcertante deriva de los quásares violáceos; o unos conjuntos rocosos que desvelaron los secretos de una antigua civilización prehelénica. O lo que es lo mismo: una escueta reseña en un rincón oculto de un periódico nos revela la existencia ( y en este caso, al mismo tiempo, la desaparición ) de una persona que ha contribuido con su trabajo a un avance significativo de la ciencia, la técnica o las artes. Y la primera noticia que tenemos de su hazaña nos llega a través de la noticia de su muerte. Quizá dedicó 30, 40 , 50 años de su vida a desarrollar una tarea que sirvió para que la Humanidad diera un pequeño paso hacia adelante en su evolución, y su nombre es absolutamente desconocido para la mayor parte de sus congéneres, muchos de los cuales probablemente se han visto beneficiados directamente por sus descubrimientos. Se abren muchas posibles reflexiones en torno a este fenómeno. Podríamos concluir que tendemos a darnos demasiada importancia, a creer que cualquier nimio suceso de nuestra vida posee una relevancia trascendental, cuando en realidad hasta los más preclaros de nuestros prójimos pasan por el mundo sin ser apenas reconocidos. O que andamos tan preocupados en superficialidades que somos incapaces de poner nuestra atención en las cosas que verdaderamente importan. Estos hombres y mujeres que han dejado una huella admirable - aunque invisible para la mayoría - se van casi sin despedirse, con un humilde resumen de su paso por el mundo en una esquina de una página de un periódico. Pero todos sabemos quién obtuvo el puesto decimosexto en la última edición del festival de Eurovisión.
¿Qué tiene esto que ver con Mickey Mouse? Pues que el dibujante de las primeras aventuras del celebérrimo ratón no era Walt Disney, sino Floyd Gotfredson. Sirva esta entrada como pequeño homenaje a tantos desconocidos que nos dejaron el fruto de su talento sin saborear el discutible honor del reconocimiento público y la fama. Quizá fue una bendición para ellos ese pasar discretamente por el mundo. Casi seguro.
El dibujillo es una interpretación libre de un servidor, no vaya a ser que venga la Disney y me reclame derechos de autor...

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