miércoles, 10 de octubre de 2007

A veces se necesita una lupa


En el prólogo de un libro de Rudolf Arnheim titulado "El cine como arte", me encontré con una frase que todavía me parece que explica por qué es importante la Belleza. Dice:
"La forma y el color, el sonido y las palabras son los medios con los que el hombre define la naturaleza y el propósito de su vida. En una cultura que funciona, las ideas reverberan en los edificios, estatuas, canciones y obras teatrales. Pero una población sometida constantemente a imágenes y sonidos caóticos tropieza con grandes obstáculos para hallar su camino. Cuando se impide que los ojos y los oídos perciban un orden significativo, sólo pueden reaccionar ante las señales brutales de la satisfacción inmediata."
Quizá el arte consista en desvelar ese orden significativo, en poner de manifiesto el hilo invisible que une las cosas, en buscar una estructura coherente en el caos que nos azota constantemente y hoy más que nunca.
El arte es un camino y un refugio, un alimento, un viento que nos eleva. Decía Edvard Munch: "No concibo un arte que no esté impelido por la necesidad humana de franquear el corazón."
Y no tengo más que añadir.

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