
La de hoy es una fotografía táctil, un juego de texturas. Pero también uno de esos instantes que permanecen eternamente estáticos, capturados, encerrados en los límites del papel fotográfico. El mundo es demasiado grande para aprehenderlo, pero podemos acercarnos un poco a sus detalles, detenernos unos minutos a contemplar un pequeño fragmento de vida; quizá en él se contenga un diminuto universo.
Y es posible percibir un orden, una estructura invisible que sustenta cada elemento y crea relaciones y corrientes, equilibrios inestables que dan sentido a cuanto existe e impide que las cosas se derrumben ante nuestros ojos. El mundo se recrea a cada instante, y nosotros pensamos que permanece quieto mientras desaparece y vuelve a aparecer en un fugaz parpadeo.
El Tiempo debe tener una parada.
Y en las hojas que crecen entre las piedras del muro, los restos de una telaraña abandonada.
1 comentario:
Qué bonita es esta foto.
Pido desde este comentario que hagáis comentarios quediros lectores... sí se que muchos no lo hacéis por pudor. Hala venga!!!! A ornitorrinco le va a encantar.
Por otro lado y volviendo a la foto, me encantan sus texturas y cuando la miro percibo olor a piedra húmeda.
Hasta el infinito!!
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