miércoles, 19 de mayo de 2010

Mira por dónde

Contemplo atónito el paso de un segundo tras otro, el movimiento imperceptible y velocísimo de las alas de un insecto que acaba de despertar a la primavera tardía. En el verde asombroso de un brote tierno me pierdo hasta las lágrimas, incapaz de soportar casi la belleza de lo que un día será un fruto o una flor. Envuelto por los aromas que hasta la brisa más liviana transporta entre sus dedos invisibles, quiero entonar el himno sagrado de la vida, y tan sólo susurro una plegaria torpe, porque la palabra se funde bajo la luz que se filtra entre las ramas. Aunque lejos del mar, siento la espuma y la sal que se adhiere a la piel como un beso. No conozco los nombres de las aves ni los árboles que habitan; no sé cómo se llaman los ríos ni los valles. No sé qué dice el grillo cuando canta. Miro al cielo estrellado y no entiendo el poema que recitan sus luces. Todo es misterio y verso, todo es un bello enigma sin respuesta. Quisiera caminar hasta los bordes, hasta lo más profundo, donde la noche es tan oscura que hasta el silencio calla.
En el orbe minúsculo del ojo se precipita el tiempo, giran los mundos y los rostros, y los recuerdos dibujan su rastro inútilmente, pues morirán con el siguiente parpadeo.
Porque la lágrima es un pequeño mar donde naufraga la tristeza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por los ojos; por la expresión de los ojos es por lo que el tiempo me ha puesto... ¿25 años atrás? Una estación de ferrocarril, dos baquetas en la mano, un kiosko de prensa, una vida por delante delatada por el paso del tiempo... ¿me equivoco?

bogormu dijo...

Pues no sé si te equivocas. Lo del kiosko forma parte de mi vida, lo de la estación y las baquetas no lo acabo de situar. Es lo que tiene el anonimato... En fin, seas quien seas, hay una dirección de email por si deseas manifestarte en tu verdadera identidad.
He tenido maravillosos reencuentros con amigos de esos años -25 atrás -, compañeros del Ramiro.

Claro, todos tenemos un pasado, y un presente.

Gracias por la visita y el comentario.