
Después hay algo duro, inconcebible por su tamaño y naturaleza: un caballo de troya. ¿Cómo? ¿Aquí dentro? Pero silencio... Sí, ahora lo escucho, sin duda, son voces que vienen del interior. Enciendo una cerilla para ver con más claridad, y de repente el caballo empieza a arder, y surgen de entre las llamas todos los miedos, los complejos, las dudas, un ejército de personajes con disfraces ridículos pero convencidos de tener existencia real, conjurados como demonios con la misión irrenunciable de mantener a su portador en la ignorancia. Por un momento todo parece destruido, el humo no te deja respirar, hay ruido y furia y apenas se deja oir la voz del idiota que cuenta la historia a los demás idiotas. Queda el temblor, las lágrimas que se han secado en las mejillas, y luego un silencio hueco, un espacio sin límites, un mar esférico, un cielo blanco, una luz que arde lentamente sin extinguirse.
Muerte antes de la muerte, la revelación del misterio, el susurro del viento al oído: la gacela velada, el sésamo que abre la puerta de la cueva, la llave dorada, la palabra que nadie jamás ha pronunciado.
Seguiré mi camino más ligero sabiendo que no sé, queriendo conocer lo que es real y está vivo, anhelando el amor y la alegría y el beso dulce al despertar el día.
Amén y buenas noches.
3 comentarios:
Cuantas vueltas o troyano has osado dar a tu sufrida patata, que el ritmo te sigue duras penas.
Eres un virtuoso del romanticismo, atrapado en una sociedad virtual que no te corresponde.
No desesperes. Saca a paseo el troyano que habita en tu interior. Que disfrute.
Por alguna razón inexplicable, el comentario de hanan ha desaparecido. Es algo realmente raro, pero puedo asegurar que de ningún modo es cierto que el autor de este blog haya eliminado voluntariamente dicho comentario. Pido disculpas y aprovecho para agradecer a hanan su visita y su participación. Estoy de acuerdo con Gandalf, y mira que no soy muy Tolkienófilo. Reconozco que después de tres películas de tres horas, estaba deseando que arrojara de una santa vez el dichoso anillo... Un beso.
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