jueves, 1 de mayo de 2008
Las puertas del alma
Se trata de un eterno debate para el que probablemente no encontraremos jamás un final satisfactorio: ¿poseen los animales un alma? (Perdón - dice alguien desde la última fila, levantando tímidamente la mano - ¿podría definir alma?) Ya empezamos. Pues hala, acudo raudo al DRAE. 1. Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida. 2. En algunas religiones y culturas, sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos. (La 3 me la salto). 4. Principio sensitivo que da vida e instinto a los animales, y vegetativo que nutre y acrecienta las plantas.
Mira que me gusta consultar el diccionario, pero hay veces que no estoy seguro de que sea una buena idea. Por lo menos a mí no me aclara demasiado la cuestión. Pero no pensaríais que los Reales Académicos iban a resolver algo que los filósofos y teólogos llevan siglos intentando desentrañar. Y todo esto, ¿a qué venía? Sencillamente, no puedo evitar pensar en el alma cuando siento la mirada de esa vaca. Reconozco que me desarma por completo. Nobleza, humildad, serenidad, aceptación. Yo quisiera tener esa mirada, y saber lo que se esconde detrás. Los ojos, dicen, son las puertas del alma. Pues yo veo aquí un alma grande y hermosa. Y la sabiduría ancestral que al ser humano le resulta velada por su soberbia de rey de la creación. Todos somos el ángel caído, condenados por nuestro desmedido orgullo de homo sapiens. Y una vaca nos mira y nos recuerda lo que es la verdadera dignidad, y que hay un camino de regreso. ¿Que estoy exagerando? Tal vez. Pero yo seguiré sintiendo que podría quedarme a vivir en la dulzura de esos ojos. Y ese mirar me acompaña desde el día que tuve la fortuna de retratar a estas dos hermosas criaturas. Y ahora lo comparto con vosotros. Ojalá os alimente tanto como a mí.
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3 comentarios:
Leo muchas veces tu blog, pero muchas veces me quedo sin palabras,solo me queda una sensación de dolor y desanimo.
Sé que estás mal,sé lo que es estar mal,sé lo que son los agujeros negros en el pecho,creer que no puedes respirar porque alguien se ha llevado tu aire.Pero tambien sé que solo uno es el que sale del pozo,sé que nadie nos roba el aire y sobre todo sé que quedarse en el pozo de los lamentos no sirve,sino para hundirnos más.Respira profundamente,coje aire de aquel lugar al que nos da miedo ir,cambia la concha y el interior,busca a un hombre nuevo,que seguro escondes en algún lugar y despega a la VIDA.
Estimado anónimo: no sé cuál es el lugar al que nos da miedo ir ( salvo que te refieras al dentista). No está mal el consejo: cambiar la concha y lo de dentro, encontrar un hombre nuevo - que encima se esconde - y despegar. De paso podría bajar el precio del petróleo, poner de acuerdo a israelíes y palestinos, solucionar la hambruna que se avecina y ganar el Nobel de la Paz. Lo pongo en asuntos pendientes, y en cuanto consiga pagar el alquiler del mes que viene, me pongo con ello. Y gracias por visitar este blog tan entretenido.
- Mmmmmm.... te quiero, vaca.
- Pueh bueno.
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